Hay situaciones y personas que nos piden un tiempo de espera en alguna o varias etapas de la vida y es bien sabido que la paciencia es una virtud e incluso muchos dicen que es una ciencia, en cuyo caso muchos podríamos decir que si es una ciencia somos los Einstein de la paciencia, pues han sido tantas las situaciones, personas y cosas que hemos debido esperar que cultivamos esa virtud con tanto esmero y amor que aprendimos a sostenernos hasta con las más pequeñas dosis de esperanza para seguir esperando.
Sin embargo de lo que quiero hablar ahora es de cuando esperar a alguien nos lleva a un punto en que el dolor, la desesperanza y la soledad son los únicos que nos abrazan cada noche luego de sentir como en esa espera el otro simplemente no siente nada, no demuestra afecto o no se interesa por nosotros. ¿Cómo podemos esperar a alguien que parece querer que lo esperemos por siempre? Es cierto y siempre lo he dicho que por amor podemos hacer muchas y grandes cosas pero llega un momento en que el amor empieza a cuestionarnos, pero no es el amor por esa persona sino el amor por nosotros mismos, cuando esa espera nos duele profundamente, nos hace sentir mal es momento de parar, es momento de soltar y dejar de esperar.
No quiere decir que perdimos la esperanza es sólo que cuando algo nos duele no es verdadero, cuando algo nos causa una sensación negativa es señal que algo ya no funciona y aunque intentamos muchas cosas simplemente llegamos a un punto donde ha sido tanto tiempo, tanto dolor y tanta soledad que ya el corazón mismo se resiste a aferrarse a la esperanza y como dije antes cuando la otra persona nos demuestra que no hay mucha esperanza o simplemente ignora lo difícil que es para nosotros esperarle lo mejor será decirle adiós.
Siempre en el fondo aunque digamos adiós guardamos un pequeño rayo de esperanza pero es mejor continuar nuestro camino con ese pequeño rayo y casi que olvidar que esperamos, a lo mejor de esa forma en algunos casos la espera termine mucho antes y si no termina simplemente nosotros no detuvimos toda nuestra vida por algo que nos daba demasiadas señales de no llegar.
No me cansé de esperarte, podría seguir haciéndolo pero me canse de no sentir el mismo deseo de estar conmigo que yo sentía, de no sentir de tu parte un poco de aprecio, respeto, amistad, comprensión pero sobre todo de no sentir ese amor profundo que escondes tras el miedo y que nunca fue para mi.
"Esperar duele, olvidar duele pero el mayor sufrimiento es no saber cuál decisión tomar." Paulo Coelho.
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