Es fácil a veces juzgar a otros por sus acciones o pensamientos pero ¿qué pasaría si estuviésemos en su lugar? ¿Si nos detenemos por un momento y nos permitimos estar en sus zapatos o por lo menos analizar sus actos de otra forma, de una forma amorosa? pues bien, en ese caso las cosas cambian.
En esos zapatos las ‘razones’ lógicas hacen detener cualquier impulso a correr un riesgo que el corazón decida tomar. Es mejor no arriesgarte a perder el corazón, sufrir y salir herido de todo esto.
- Claro para el otro lado vale la pena correr el riesgo porque pensamos de otra forma: que perderemos el corazón pero porque ELEGIMOS entregárselo a quien amamos y quien consideramos merecedor de este.
Pero los otros zapatos ni siquiera sienten merecer tanto, es tan fuerte el poder del EGO sobre ellos que en su mente mezclan imágenes de aquellas cosas negativas que han hecho y por supuesto les hace detenerse y decir: Soy malo/a para ti, no merezco tanto.
- Y nosotros pensamos como no merecer mi amor si eres un grandioso ser humano, un hijo de Dios maravilloso como yo, como cualquier otro ser humano sobre la tierra, las cosas que no han salido positivas es sencillamente porque no actuaste desde tu ser más elevado, pero no importa esas experiencias te permiten ser quien eres, además afortunadamente yo tampoco soy perfecto y en tus ‘defectos’ puedo verme a mi mismo y aprender a corregirlos pero claro es mi propia decisión tomarlo de esa forma, soy yo eligiendo que no puedes ser malo para mi pues no es eso lo que veo de ti.
Y aquellos zapatos logran darnos una justificada razón para negarse a recibir nuestro amor, su lógica logra las más grandes hazañas para cerrar la puerta del corazón y no permitirle sentir, creer, confiar y entregarse como es su deseo.
- No es fácil confiar por supuesto que no, a mi también me cuesta confiar pero quien no se arriesga no obtiene nada, quien vive con desconfianza esta más predispuesto a salir herido precisamente porque atrae lo que más teme, así que yo prefiero tomar el riesgo desde estos zapatos.
Aquellos zapatos simplemente no se sienten cómodos con la idea, es comprensible a muchos nos pasa que tememos a algo que no conocemos o que creemos conocer tan bien que damos por sentado que no saldrá bien.
No hay que probarlo, ¿para qué? Ya sé que saldrá mal, mejor no darle más vueltas al asunto y dejarlo ahí.
-.Es cierto, todos tenemos miedo a lo desconocido pero es enfrentándonos a lo que tememos como logramos vencer aquellos miedos, puede salir mal pero y ¿si sale bien? A veces la lógica puede ser inteligente para esquivar los temores pero el corazón es sabio a la hora de enfrentarse a ellos, hay que dejarlo actuar porque la victoria de su batalla esta asegurada, es más fuerte la sabiduría que se enfrenta que la inteligencia que se esconde.
No, sin embargo no creo que sea posible. No estoy seguro de quererlo pues esto es demasiado grande, demasiado importante, demasiado bello y a la vez incomprensible y mi intención esta en otras cosas, mis deseos son otros y prefiero mantenerme a raya con este asunto.
- Perfecto, no todos estamos preparados para enfrentar nuestros miedos o enfrentarnos a lo desconocido, necesitamos otras experiencias antes de enfrentarnos a ello, crecer un poco más para lograr comprender sin embargo podremos dispersarnos en otras cosas y perder la única oportunidad de lidiar con ese temor o quizá no.
Para qué si no es algo importante en mi vida, hay mejores cosas que hacer y que tener, no es por miedo es porque no quiero.
- Hay que querer algo para lograrlo, cuando no se quiere no se puede. Las cosas no pasan solo porque si, es nuestra intención y deseo la que las logra, aceptamos un riesgo o lo dejamos de lado.
Mejor dejar todo de lado por ahora, quizá más adelante elija tomar el riesgo por ahora no estoy preparado o no deseo estarlo.
- Entendible, sin embargo también debo yo dejarlo de lado y con ello permitir que algo nuevo llegue ahora a mi vida, quizá cuando tu estés preparado ya no estaré disponible sin embargo espero que alguien más pueda estar a tu lado para apoyarte en ese momento. Ya el riesgo fue paso y quedó a un lado, solo queda encontrar nuevos retos y nuevos riesgos.
Cuando te pones por un momento en los zapatos de ese alguien entiendes que empezar, mejorar, seguir o crear una relación amorosa no es fácil para esta persona puesto que el EGO disfraza de muchas formas al temor y este logra ser más fuerte que el AMOR en su propio corazón y nosotros allí ya no podemos interferir por más amor que tengamos para dar, sin embargo para no perdernos a nosotros mismos en la tristeza y melancolía lo aceptamos con sabiduría y comprendemos la valiosa lección detrás de esto pues no hay mal sin su bien, seguimos nuestro camino abiertos a nuevas experiencias sabiendo que de esta ya aprendimos lo necesario, intentamos que fuese mejor y que sirviera también al otro pero al no ser posible ya no la repetiremos, pues ya aprobamos ese nivel y no es necesario repetirlo si lo hicimos bien a la primera.
“Solo aceptando las perdidas llegan cosas nuevas a nuestras vidas.”
La aceptación nace de la sabiduría del corazón, de esa sabiduría que esta en cada uno y que si la buscas, podrás encontrarlas, así como las respuestas que el corazón da a todas aquellas preguntas que el temor deja vagar en tu cabeza.
