sábado, noviembre 20, 2010

CUANDO DECIR LO QUE SE SIENTE NOS CUESTA

Los sentimientos son esa maravillosa herramienta que Dios le ha dado al hombre para que junto con la razón pueda vivir su experiencia de la vida en todo su esplendor.

Sin embargo a medida que crecemos por educación, porque se nos dice que no es correcto o por experiencias dolorosas empezamos a reprimirnos y se nos hace más y más difícil expresar lo que verdaderamente sentimos, y es que decir lo que se siente sea negativo o positivo tiene consecuencias dependiendo a la persona que se le exprese, pues así mismo ellos tienen sus emociones y su racionalidad les hace tomar de una u otra forma nuestra expresión y eso es lo que más nos cohíbe de expresarnos, el temor de cómo lo tomará la persona o las personas a las que les expresemos cualquier sentimiento y si habláramos de expresar un sentimiento de amor, de tipo romántico pues que nos acobardamos mucho más sea porque de antemano sabemos como reaccionará la otra persona o porque el no saberlo nos hace dudar, quizá la idea de lo adecuado y lo no adecuado nos asalte y por ende callamos, razones hay muchas y motivos también.

Pero, ¿qué pasa si lo que sentimos ya no puede callarse más en nuestro interior o simplemente que el expresarlo a terceras personas ya no nos funcioné? En ese caso habrá que correr un riesgo, ya que nos engañamos callando a nosotros mismos por callar y si, hay personas con las que tenemos más confianza que con otras para expresar tal o cual sentimiento, algunos pueden llegar a comprenderlos, mientras que otros pueden juzgarlos o disgustarse por decirlos pero cuando se trata de nuestra verdad, defenderla es importante y hay que hacerlo sabiendo que habrá las consecuencias, no temerles y enfrentarlas al momento que lleguen, pues si nuestra verdad o sentimiento es grande por si sola brillará y sobresaldrá, si no lo hace, por lo menos soltamos el nudo de nuestra garganta.

Decir la verdad siempre será bueno, bien decía el maestro Jesús: ‘La verdad os hará libres’. Cueste lo que cueste es mejor liberarse y esperar que pase la tormenta pues siempre llegará la calma posteriormente.