Hoy
después de 3 años de espera, de alegrías, tristezas, esperanzas y desesperanza
me conformo con los recuerdos. Sí, hoy mi corazón recuerda, se entristece por
lo no vivido y sonríe por lo que logramos compartir, las locuras de los viernes,
las fiestas por teléfono en un sábado, las tertulias del domingo, las carreras
de los lunes, la propuesta en un martes, la despedida en un miércoles y las
canciones de los jueves. Recuerdo todo, los mensajes, las fotos, canciones,
poemas y películas, es como si ocurriera en este preciso instante y cada vez
que la memoria selecciona tú experiencia.
¿Si
el corazón ama sólo viendo con los ojos del alma que haría si pudiese ver
físicamente? Esa duda siempre estará en mí, por lo menos hasta que logré ver
aquello que hasta el día de hoy no se ha cumplido, aquella promesa que a mí
misma juré no romper jamás, por más mal que me sintiera, por más lejos que
estuviese, por más años que pasaran, por las personas que nos acompañen, es una
promesa inquebrantable, es una ley.
Quizá
una leyenda, quizá un cuento de hadas que inventé y algún día escribiré, quizá
una ironía de Dios o simplemente el destino, lo que esta experiencia haya sido
con todo y sus impases, fue perfecta, no habría nada que cambiarle, pues
simplemente logró cambiarnos, aunque no pude provocar todo lo bueno que hay en
ti, por mi parte reconocí lo mejor e incluso lo peor de mi misma, no pudiste
verlo pero si conseguiste sacar no la mejor pero si una buena versión de mi
misma, una versión que aún se pule, que se renueva constantemente y que por el
impulso de tu experiencia salió de un pequeño rincón en el que se escondía.
Al principio
todo el amor se desboco y nos hizo pasar el tiempo, demasiado rápido para mi
gusto, ya que después de eso y hasta hoy el tiempo ha hecho pasar el amor con
mucha lentitud, para ser algo que viví durante tan poco tiempo y de forma tan
poco convencional. Pero no importa, a algunos nos toma más tiempo a otros
menos, por suerte todas las personas no somos iguales o de lo contrario sería
demasiado aburrido este planeta, de haber sido iguales no hubiésemos sido cómplices
del otro como lo fuimos alguna vez, ni siquiera amigos, ¿para qué estar con
alguien igual a tu lado? Es mejor reflejarte en lo que no tienes cuando miras
al otro, así aprendes de ello mucho más, disfrutas de ello y te enriqueces a la
par que el otro.
Muchas
veces se me pierden las palabras, hay tanto que quise decir, hay mucho más que
aún te quiero contar pero ni los hubiera, ni los habrá existen, sólo el hay…
Sólo el hoy y en este hoy sólo atino a decir:
Gracias,
te guardo en el corazón y de ahí nunca podrás salir, por lo tanto de mi cabeza
tampoco y por ahí dicen que es imposible sacar de la cabeza aquello que no sale
del corazón, no es que te quiera sacar aunque en ocasiones lo he intentado pero
como siempre fallo, me cansé y deje de hacerlo, no lo volví a intentar y
simplemente aprendí a convivir con ello, es más sencillo, menos doloroso y más
productivo.
Siempre
deseo lo mejor para ti y por supuesto deseo que llegue el día en que a los ojos
te pueda por fin mirar y juntos podamos recordar para vivir y ¿por qué no? Hasta
revivir.